Cuando Constanza del Río cumplió 39 años supo que era adoptada y comenzó un recorrido para encontrar a su familia biológica. Descubrió que fue víctima de adopción ilegal.
Nos Buscamos
POR BÁRBARA CAMPOS
DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019
“Doy fe de que sea cual sea la raza, para entregar un niño en adopción en forma legal o ilegal, el adoptado tiene derecho a su identidad e historia personal para entederse, crecer y avanzar en la vida desde la verdad y el amor”, dice el epílogo del libro Nos Buscamos: Una historia sobre adopción y tráfico de niños en Chile, de editorial Planeta, escrito por Constanza del Río.
De hecho, la idea de encontrar a sus propios padres biológicos fue la principal motivación de Constanza para crear la ONG “Nos Buscamos“, que desde 2014 ayuda a reunir familias y que se convirtió un libro testimonial con el mismo nombre. En el texto, que fue lanzado recientemente, se entregan detalles de la venta de niños en el Chile de los años 70’s y 80’s. “Calculamos que son 50 mil los niños fueron robados de sus madres en el país. Aquí hay gente que se asoció para vender guaguas”, relata la autora en entrevista con Un día perfecto.
“La ONG Nos buscamos trabaja con personas que fueron dadas en adopción de forma ilegal. Hoy eso es un eufemismo, porque la adopción ilegal no existe, o te adoptan o te trafican […] Esa es mi historia. Fui dada en adopción de forma ilegal. Mi madre biológica, que ya la encontré, entregó voluntariamente a una niñita cuando la tuvo con el doctor Gustavo Monckeberg y él, en asociación ilícita con otros sacerdotes, entregaron estos niños como por debajo de la mesa”, detalla Constanza sobre cómo reconstruyó su historia.
“Muchas de esas madres eran menores de edad y no tenían decisión en el tema. La mayor parte de los casos, y la más terrible, es el robo sistemático de niños en hospitales públicos. En todos se produjo robos de niños diciéndole a las madres que ellos habían muerto en el parto. Lo descubrimos porque, cuando dimos la vuelta entera, y a ese niño le encontramos la madre, vía investigación, vía ADN, la madre dice ‘pero cómo si esta guagua se murió’. Pero nunca le entregaron el cuerpo, certificado de nacimiento ni defunción”, explica la autora y directora de la ONG que apoya a las víctimas que buscan reencontrarse con su familia biológica.